Amar al que no me ama
MATEO 5:38 y sig…
Ustedes han oído que se dio: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo les digo: No les hagan frente (griego: antistenai) al que les hace mal; al contrario, al que te hiriere en tu mejilla diestra, dale también la otra; al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, (griego: chitona – túnica o camisa), déjale también el manto (griego: himation – capa o tunica); Y si te exige que lo acompañes un kilometro (griego: milion), camina dos con él. Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Esta reacción de Jesús, realmente no nos termina de agradar, decimos: esto es posible solo para Dios, para nosotros es imposible, una respuesta que ni siquiera nos anima a intentar…sin embargo, todos esperamos a ese Dios del AT que castiga a los malos con desgracias atroces. Ese Dios me gusta. Pero desarrollemos un poco el texto:
La lex talionis, la ley de retaliación o venganza, fue uno de los primeros intento de asegurar justicia y limitar su venganza. Una persona que ha sufrido un daño puede buscar venganza contra otra que le hizo mal, sin importar su estatus. También, pone límite a la venganza para que no vaya más allá del daño original. Lex talionis, por lo tanto, es un intento en esa época, de regular y civilizar el proceso de la reparación por un daño.
El Antiguo Testamento incorpora lex talionis en Éxodo 21:23-25; Levítico 24:19-20 y Deuteronomio 19:21. Pero, ninguna parte del Antiguo Testamento requiere que israelitas odien a sus enemigos.
La palabra “me antistenai” (no poner en contra), deja en manifiesto que los cristianos deben resolver problemas entre ellos por métodos que no incluyan pleitos. La venganza no concuerda con el mensaje de Jesús. Jesús utiliza cuatro ejemplos para saber cómo responder cuando alguien nos hiere, nos presenta un pleito, nos manda llevar una carga la distancia de una milla, o nos pide limosna.
Cuando una persona recibe una bofetada, es difícil pensar que no responda rápidamente con la misma violencia. Jesús pide que vayamos en contra de nuestro instinto natural. Que nos mostremos mucho mas fuerte absteniéndonos de violencia, en lugar de devolver golpe. La intención es aprovechar la oportunidad de mostrar valores cristianos en vez del vengativo.
“Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa (chitona), déjale también la capa” (himation). Una chitona es como una camisa, pero larga como una bata. Un himation es una prenda, también larga, como un abrigo que se lleva sobre esa prenda. “A una persona no se le podía quitar su capa para siempre”. Quitar la chitona e himation dejaría un hombre prácticamente desnudo. Jesús sugiere, exagerando, que debemos dar hasta lo que otros piensan, es nuestra dignidad.
“Y á cualquiera que te cargare por una milla (milion), ve con él dos”. Un milion romano son mil pasos. Ley romana permite que sus soldados u otros oficiales requieran que una persona lleve una carga la distancia de una milla. Simón de Cierne fue obligado a llevar la cruz de Jesús bajo esa provisión.
Imagine el ardiente resentimiento que sentiría si estás preparado para una fiesta y un soldado te exige lleves una carga. Pero Jesús pide que no nos envenenemos con resentimiento, “Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses”. La idea es ir más allá de lo requerido y actuar con generosidad.
MATEO 5:43-45: AMAD Á VUESTROS ENEMIGOS
Oísteis que fue dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. Pero yo les digo digo: Amad (griego: agapate) á nuestros enemigos, bendigan á los que los maldicen, hagan el bien á los que los aborrecen, y orar por los que nos ultrajan y nos persiguen; Dios hace que el sol salga sobre buenos y malos, y llueva sobre justos é injustos.
En versículos 38-41 Jesús nos da imágenes de personas que podríamos considerar enemigos: que intentan hacernos daño, que pretenden utilizarnos, que cree obligarnos a hacer cosas que no queremos. Para cada caso, “vuélvele también la otra mejilla”, “déjale también la capa”, “ve con él dos”; nosotros debemos ser permeables a esa injusticia, como nos sentimos nosotros ante aquella persona tan dañada que estamos intentando ayudar, no haciendo lo que me obliga, sino, mostrando que su maldad no sirve contra mí.
Las tres palabras para amor en griego son: eros, philos, y ágape.
Eros, no se utiliza en el Nuevo Testamento, es un amor romántico o sexual. Philos, se refiere al amor fraterno. Ágape se el que se utiliza frecuentemente y es “el amor divino y generoso que hace lo necesario para asegurar el bienestar del otro”. Como tal, ágape es una palabra de acción más que de sentimiento. Una persona que ama con ágape puede tener o no tener sentimientos amorosos hacia el ser querido, pero se preocupará por su bienestar y hará lo posible para ayudarle.
Es ágape el amor que nos facilita dar la otra mejilla, dar más de lo requerido, acompañar la segunda milla y dar a los que piden. Ágape es una estrategia inteligente para mejorar nuestra situación, busca ayudar al prójimo por medio de su dolor, el cree que gana, no es así. Puede ser dueño de mis acciones, pero lo importante es ser dueño de mis sentimientos, y así no lo eres.
Si solo amamos a los que nos aman, no somos mejor que esa gente mala. Esto no se trata de algo que ya hemos logrado, sino el camino para el crecimiento personal. Pero también es una promesa que Dios nos ha puesto, lo imposible será posible.
MATEO 5:38 y sig…
Ustedes han oído que se dio: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo les digo: No les hagan frente (griego: antistenai) al que les hace mal; al contrario, al que te hiriere en tu mejilla diestra, dale también la otra; al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, (griego: chitona – túnica o camisa), déjale también el manto (griego: himation – capa o tunica); Y si te exige que lo acompañes un kilometro (griego: milion), camina dos con él. Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Esta reacción de Jesús, realmente no nos termina de agradar, decimos: esto es posible solo para Dios, para nosotros es imposible, una respuesta que ni siquiera nos anima a intentar…sin embargo, todos esperamos a ese Dios del AT que castiga a los malos con desgracias atroces. Ese Dios me gusta. Pero desarrollemos un poco el texto:
La lex talionis, la ley de retaliación o venganza, fue uno de los primeros intento de asegurar justicia y limitar su venganza. Una persona que ha sufrido un daño puede buscar venganza contra otra que le hizo mal, sin importar su estatus. También, pone límite a la venganza para que no vaya más allá del daño original. Lex talionis, por lo tanto, es un intento en esa época, de regular y civilizar el proceso de la reparación por un daño.
El Antiguo Testamento incorpora lex talionis en Éxodo 21:23-25; Levítico 24:19-20 y Deuteronomio 19:21. Pero, ninguna parte del Antiguo Testamento requiere que israelitas odien a sus enemigos.
La palabra “me antistenai” (no poner en contra), deja en manifiesto que los cristianos deben resolver problemas entre ellos por métodos que no incluyan pleitos. La venganza no concuerda con el mensaje de Jesús. Jesús utiliza cuatro ejemplos para saber cómo responder cuando alguien nos hiere, nos presenta un pleito, nos manda llevar una carga la distancia de una milla, o nos pide limosna.
Cuando una persona recibe una bofetada, es difícil pensar que no responda rápidamente con la misma violencia. Jesús pide que vayamos en contra de nuestro instinto natural. Que nos mostremos mucho mas fuerte absteniéndonos de violencia, en lugar de devolver golpe. La intención es aprovechar la oportunidad de mostrar valores cristianos en vez del vengativo.
“Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa (chitona), déjale también la capa” (himation). Una chitona es como una camisa, pero larga como una bata. Un himation es una prenda, también larga, como un abrigo que se lleva sobre esa prenda. “A una persona no se le podía quitar su capa para siempre”. Quitar la chitona e himation dejaría un hombre prácticamente desnudo. Jesús sugiere, exagerando, que debemos dar hasta lo que otros piensan, es nuestra dignidad.
“Y á cualquiera que te cargare por una milla (milion), ve con él dos”. Un milion romano son mil pasos. Ley romana permite que sus soldados u otros oficiales requieran que una persona lleve una carga la distancia de una milla. Simón de Cierne fue obligado a llevar la cruz de Jesús bajo esa provisión.
Imagine el ardiente resentimiento que sentiría si estás preparado para una fiesta y un soldado te exige lleves una carga. Pero Jesús pide que no nos envenenemos con resentimiento, “Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses”. La idea es ir más allá de lo requerido y actuar con generosidad.
MATEO 5:43-45: AMAD Á VUESTROS ENEMIGOS
Oísteis que fue dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. Pero yo les digo digo: Amad (griego: agapate) á nuestros enemigos, bendigan á los que los maldicen, hagan el bien á los que los aborrecen, y orar por los que nos ultrajan y nos persiguen; Dios hace que el sol salga sobre buenos y malos, y llueva sobre justos é injustos.
En versículos 38-41 Jesús nos da imágenes de personas que podríamos considerar enemigos: que intentan hacernos daño, que pretenden utilizarnos, que cree obligarnos a hacer cosas que no queremos. Para cada caso, “vuélvele también la otra mejilla”, “déjale también la capa”, “ve con él dos”; nosotros debemos ser permeables a esa injusticia, como nos sentimos nosotros ante aquella persona tan dañada que estamos intentando ayudar, no haciendo lo que me obliga, sino, mostrando que su maldad no sirve contra mí.
Las tres palabras para amor en griego son: eros, philos, y ágape.
Eros, no se utiliza en el Nuevo Testamento, es un amor romántico o sexual. Philos, se refiere al amor fraterno. Ágape se el que se utiliza frecuentemente y es “el amor divino y generoso que hace lo necesario para asegurar el bienestar del otro”. Como tal, ágape es una palabra de acción más que de sentimiento. Una persona que ama con ágape puede tener o no tener sentimientos amorosos hacia el ser querido, pero se preocupará por su bienestar y hará lo posible para ayudarle.
Es ágape el amor que nos facilita dar la otra mejilla, dar más de lo requerido, acompañar la segunda milla y dar a los que piden. Ágape es una estrategia inteligente para mejorar nuestra situación, busca ayudar al prójimo por medio de su dolor, el cree que gana, no es así. Puede ser dueño de mis acciones, pero lo importante es ser dueño de mis sentimientos, y así no lo eres.
Si solo amamos a los que nos aman, no somos mejor que esa gente mala. Esto no se trata de algo que ya hemos logrado, sino el camino para el crecimiento personal. Pero también es una promesa que Dios nos ha puesto, lo imposible será posible.
Comentarios
Publicar un comentario