MATEO 15:1 y sig…
EL CONTEXTO
Encontramos a Jesús en medio de una controversia con los fariseos y escribas respecto a guardar la ley. Mateo hace notar que estos fariseos y escribas fueron de Jerusalén a Galilea, y normalmente esta región no tendría como visitantes a estos personajes. Estos fariseos y escribas habrían venido a ver a Jesús, esto podía deberse a su creciente reputación o a una la incomodidad que él les provocaba. Ellos critican a Jesús porque sus discípulos no observan los rituales de purificación ritual. Jesús termina llamándolos hipócritas y diciendo: “bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón lejos está de mí. Mas en vano me honran, Enseñando doctrinas y mandamientos de hombres.”
El
asunto central era el enfrentamiento entre la tradición hecha por hombres y la
ley de Dios. Aunque la Tora (Ley para los Judíos) – Pentateuco (para los Católicos:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio) incluía muchos detalles, con
la intención de guardar fielmente la ley, (la Mishna y el Talmud), se olvidaban
del verdadero deseo de Dios, la atención al que mas necesita y hacen a la ley
más importante, más compleja y más esclavizante.
En
los versículos 1-9, los fariseos cuestionan a Jesús por permitir que sus
discípulos ignoren el ritual de lavarse las manos que requería su tradición.
Jesús les responde llamando la atención a que ellos no han guardado la ley de
Dios de honrar a padre y madre -uno de los Diez Mandamientos-.
MATEO
15:10-20: AQUELLO QUE VERDADERAMENTE CONTAMINA
Este
discurso es bastante sorprendente porque, en él, Jesús no minimiza ni pone a un
lado las leyes de la Tora sobre la comida. El asunto es definir lo que
constituye el verdadero amor a Dios.
Jesús
dice “No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la
boca, esto contamina al hombre”. Él cambia el eje de lo que entra en la boca
(comida) y lo pone en lo que sale del corazón (sentimientos, pasión). No hay
duda de que el comentario de Jesús es sorprendente y ofensivo para los fariseos
y escribas de Jerusalén. Ellos han dedicado sus vidas a la pureza ritual. Sus
credenciales son impresionantes y demandan que otros las observen. De hecho,
ellos se convierten en policías religiosos.
Este
es un problema muy actual para la iglesia de Mateo al final del primer siglo,
porque es una iglesia que está en transición. Al principio, la iglesia era
totalmente judía, pero eso cambio cuando se comenzó a aceptar a gentiles.
Cuando Mateo está escribiendo su Evangelio, los cristianos judíos y gentiles
están luchando con el asunto del lugar que debería tener la ley judía en la
vida de la iglesia.
Las
palabras dichas con odio dañan a todos: a la persona que las dice, a la persona
a quien se le dicen, e incluso a la persona que casualmente las oye.
Jesús
habla de “guías de ciegos” (v. 14). Los fariseos y escribas se creían guías,
Jesús dice que esa guía está condenada al fracaso, porque ellos mismos son
ciegos.
Al
concentrarse en la pureza ritual más que en el corazón. Jesús hace el
cumplimiento religioso más fácil y, al mismo tiempo más difícil. Es más fácil
porque nos saca de la compleja maraña de la Mishna y Talmud. Es más difícil
porque ahora tenemos que dejar que nuestra devoción a Dios afecte las partes
más profundas de nuestro ser. Ya no podemos realizar un ritualismo externo,
sino que debemos hacer un genuino esfuerzo para establecer una relación entre
Dios, nuestra actitud y el prójimo.
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