El Dios en Quien Creo

Anoche tuve un sueño.
Soñé que caminaba junto a Dios.
Paseaba en silencio pensando
que estaba solo, pensaba: asisto a misa todos los Domingos, veo como mis
hermanos comparten la eucaristía. Nada me llena y no me sentía feliz; mi
trabajo no satisface todas mis expectativas; creo en Dios, pero no estoy tan seguro.
Siento que en mi vida falta algo y que todo lo había hecho mal…sigo caminando y
de repente, detrás de un árbol, aparece Dios, El me dijo:
¡Deja de torturarte!
Lo que quiero que hagas es que sea feliz (Mt. 15 – 8,9). Quiero que cantes, que
disfrutes del mundo que he hecho para ti. Se Feliz y disfruta de mi casa. Donde
yo vivo es en las montañas, en los bosques, en tu Rio, las playas, en el
compartir con un amigo, en la sobremesa con tu familia.
Yo nunca te dije que
había nada mal en ti, o que tu sexualidad fuera algo malo. Expresa tu amor y tu
alegría dando amor a los demás, dando honestidad.
No me culpes a mí por lo
que te han enseñado mal sobre mí. Yo no soy esas escrituras dogmaticas que nada
tienen que ver conmigo; es un trampa para llenarte de culpa.
Si no puedes leerme en un
amanecer, en un paisaje, en la mirada de las personas que amas o en los ojos de
tu hijita. ¡No me verás en Mi libro Sagrado!
Dices que confías en mí,
pues confia y deja de pedirme. ¿o me vas a contar a mí que tu necesitas?, Yo sé lo
que necesitas…
Deja de verme como
castigador. Yo no juzgo, ni crítico, ni castigo. Yo soy puro amor, yo te busco en el camino y te abrazo. (Lc.
15, 20).
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si estas arrepentido, no vuelvas a hacerlo. Yo te hice… yo te llené de pasiones y de limitaciones. Pero también te doy la oportunidad de cambiar las cosas. Haz el bien y revierte tus errores.
¿Crees que YO podría tener un lugar para quemar a mis hijos que se portan mal? ¿Qué Dios hace eso?
Respeta a tus semejantes y haz por ellos lo que quisieras que hagan por ti (Lc. 10, 33 y sig.).
Esta vida no es una
prueba, ni un paso en el camino hacia el paraíso (Jn. 11, 25). Es aquí donde
debes ser feliz y hacer feliz a tus semejantes.
Alla no hay
premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador de tus errores. Tú creas en tu vida un cielo o un infierno. ¡¡¡Vive!!! Como
si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir, de sentir.
Así es la forma que dejaras un grato recuerdo en alguien…Y si hay algo más
allá, no te voy a condenar por portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Fuiste
Feliz amando a tu prójimo? ¿encontraste a Dios en tu hermano? dejaste algo bueno en alguien?…
Deja de complicarte las cosas, de arrodillarte y culparte por no haber hecho los sacrificios que dicen que yo quiero. ¿Qué milagros necesitas para creer?
No quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti (Mt. 15, 18).
No me busques afuera, no
me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti”.
Comentarios
Publicar un comentario